La verdad es que para nuestro Centro de Escucha San Camilo Pontevedra este 2020 ha sido un año de descubrimientos y aprendizajes. Ante la realidad que nos ha tocado vivir por la pandemia, hemos tenido que “hacer nuevas todas las cosas” en nuestro deseo de poder poner nuestro granito de esperanza ante esta situación que ha sido y está siendo tan dura y dolorosa para muchas personas, que se enfrentan a vivir sus pérdidas de manera diferente. Y nos ha tocado, como a muchos, reinventarnos con el acompañamiento telefónico; la organización de cursos on-line; la difusión del Centro en varios medios de comunicación… siempre contando con el apoyo de la Red de Centros de Escucha San Camilo que nos aporta tanta confianza y seguridad.
Así, este año hemos seguido acompañando a numerosas personas heridas que sufrían una pérdida significativa en sus vidas, permitiéndoles dar palabras a su dolor y a sus emociones, acogiéndolas incondicionalmente y que han podido sanar sus duelos, afrontarlos y seguir con sus vidas. También hemos acercado este tipo de escucha, tan humana, tan cercana, y tan necesaria para aquellas personas que quieren acompañar “bien” a quienes están sufriendo a nuestro lado. Y lo hemos hecho a través de la formación, organizando un curso especializado “Aprendiendo a acompañar grupos de duelo” de manera virtual, y a través de charlas y talleres de concienciación que nos siguen solicitando y continuamos impartiendo ahora adaptándonos a las medidas sanitarias COVID. Y por último hemos hecho un gran esfuerzo en darnos a conocer, participando en varios medios de comunicación como TVG, radio, prensa escrita, webs y redes sociales y manteniendo nuestro blog centrodeescuchapontevedra.blogspot.com activo para ponernos a disposición de todas las personas que nos necesiten.
Y sin duda un acontecimiento muy especial y gratificante que hemos vivido en 2020 ha sido el Premio Humanizar que nos ha concedido este año, en la categoría de Iniciativas Institucionales, el Centro de Humanización de la Salud por “el buen servicio de escucha a personas que sufren, desde una perspectiva solidaria y comunitaria”, labor que venimos desarrollando en nuestra Archidiócesis de Santiago desde hace 3 años. Este premio lo hemos recibido todos los voluntarios muy contentos y muy agradecidos, como un aliciente más para seguir caminando en esta dirección, con las mismas ganas e ilusión, ofreciendo esta escucha humanizada, este corazón en las manos, que tanto necesitamos precisamente en este momento que vivimos.
