lunes, 4 de mayo de 2020

Cuando el tanatorio es la casa



Comentaba con Valentín Rodil Gavala, psicólogo, responsable de la Unidad Móvil de Intervención en Crisis y Duelo San Camilo, lo enfadada que estaba, la rabia que sentía al saber que las familias no podían velar a sus seres queridos ni despedirles como les gustaría. Confieso que, en estos tiempos, sólo ese miedo tengo, el que algún ser querido fallezca y que nos impidan vivir los ritos de despedida: velatorio, funeral y entierro rodeados de familia de sangre y de familia extensa. Esta misma noche, he soñado con ello y la angustia fue terrible. Es verdad que las redes sociales ayudan algo, menos es nada, pero a mí no me suplen en absoluto la relación humana. Solo pensar en mi madre que no maneja ni el teléfono móvil…no quiero ni imaginar el sufrimiento que se le podría añadir.
Valentín, como experto en escucha, y de los mejores, no tiene pautas ni quiere tenerlas y menos dárselas a nadie. Es en la escucha y en la conversación donde surge pensar juntos; donde, de manera profundamente respetuosa, se van expresando las ideas que nacen intentando entender el paisaje en el que el doliente se encuentra. Él se pregunta si, en estas circunstancias, no seremos cada uno nuestro propio tanatorio, si es posible que estemos inventando tanatorios alternativos en este momento. Sin pautas, sin hablar de duelo, sin entrar en pistas, tal vez podamos ir comprendiendo que la capacidad de inventar ritos y las pautas las tenemos dentro.

Susana Doval Rodríguez
Voluntaria del Centro de Escucha San Camilo Pontevedra