Porque las palabras importan, nos definen, relatan nuestra biografía y retratan nuestro estado, hay que cuidarlas. Así, son claves en la relación de ayuda, donde hay que explorar cada uno de sus significados para que el otro no tenga miedo a explorarse y a conocerse para recuperar la confianza en sí mismo. Y así, comunicarnos para tomar las riendas de su situación y, por lo tanto, de su vida. Casi nada.
El Counselling ha protagonizado la Escuela de verano de Pastoral de la Salud que ofrece el Centro de Humanización de la Salud. Toda una jornada dedicada a la importancia de la comunicación en nuestras relaciones, más aún cuando se tratan de personas sufrientes, vulnerables o enfermas.
En este sentido, el centro considera el Counselling como una materia vital en la que es necesario formarse y por ello, es uno de los pioneros en nuestro país en implantar su propio Máster en Counselling, dentro de su oferta de formación de posgrado junto al Máster de Intervención en Duelo y los Diplomas de Especialización Universitaria en Cuidados Paliativos Multidisciplinares, y Pastoral de la Salud. Todos ellos impartidos en colaboración con la Fundación Pere Tarrés y la Universidad Ramón Llull.
Más información y matrículas en la web www.humanizar.es
MÁSTER EN COUNSELLING
El Máster en Counselling del CEHS ha cumplido su XIII edición y en su ceremonia de clausura pudimos escuchar las experiencias de algunos de los que este año se han graduado:
Como Sonia Miguélez, para quien este máster le ha cambiado la vida: “A mí me ha cambiado la vida, la profesión, la visión de mí misma y la del mundo. Soy médico y me ha cambiado la forma de hacer mi trabajo. En la relación con mis pacientes he visto que al introducir la empatía, la aceptación incondicional, la autenticidad… su actitud ha cambiado. Escuchar cura, más aún durante la pandemia”. Para Sonia “todas las profesiones de ayuda deberían tener esa base de counselling, además de que a cualquier persona le a aporta mucho a nivel personal, ¡debería enseñarse en las escuelas!”.
Por su parte, Pedro Jesús Arenas ha terminado su primer curso del máster, y confiesa que “ha supuesto un gran crecimiento interior y de abrir horizontes de ayuda; además, lo enlazo con una dimensión de fe que me está descubriendo como es Dios con todos nosotros” explica. “Un camino interior que nos ayuda a ser protagonistas de nuestra propia historia, sin olvidar las herramientas que proporciona para ayudar a otras personas sin ser profesional en el trabajo, familia, amigos, etc.”
Algunos quieren formarse de cara a un futuro voluntariado. Es el caso de Mónica Miñana: “me apunté para ayudar a otros y al final estoy haciendo un camino de reflexión que me está gustando muchísimo, porque para dar hay primero que ser consciente y conocerte a ti mismo, desaprender… pero gustaría hacer algo más y convertirme en voluntaria, pero para eso tengo que terminar el segundo curso del máster”.
Fuente: www.humanizar.es